miércoles, 31 de agosto de 2016

hace unos días



La verdad, no me estoy dando el tiempo para escribir esto…. ¿Por qué? Después de que año tras año… mes tras mes, artículo y más artículos en los blogs que cuentan y recuentan la triste historia, nuestra historia de lucha y resistencia, otras donde están las mentiras, juegos sucios y un charco amargo. 

¿Porqué escribir tanto sobre el maldito Quimbo? contando y recontando como los fallos de las cortes son ignorados, como a  la contraloría es ignorada, como Emgesa reina como quiera y como otros esquizofrenicos fomentan la mentira de la “buena energía del Quimbo”.

¿Porqué escribir si cada día el nivel del agua está más alto y se va acercando a La Jagua? Ya no hay piedras en las juntas y la gente de La Cañada, ya va desde la peña hasta la rampa en lancha, ya casi no caminan nada de la carretera a la orilla del agua. 

¿Porqué escribir cuando las mojarras que llegaron con pescadores de toda la región ya no vienen?. Por 20 días, día y noche las Peñas de La Jagua andan repletas de personas pescando peces que huyen del charco anaeróbico. También las garzas, las nutrias y rumores de un güio andan por allí.
Ahora en la playa de Las Cuchas está repleta, hasta con 5 volquetas de areneros sacando material de construcción todos los días. Ya casi no les queda playa en el Suaza y de allí, río abajo no hay nada, solo charco.
 
¿Porqué escribir si ya pa nadar a las peñas es demasiado fácil?, casi no hay corriente. Y lo más aterrador, lo más traumático es como el agua se va quedando callada, silente.

 Olvídate, el paisaje está cambiando y lo que antes eran montañas, filos, peñas, cuchillas, zanjas, quebradas, ríos y bosque, lo que queda es un espejo que sólo cambia con los cuerpos de la vegetación no talada, que rompe el horizonte del agua quieta con su cuerpo, muerto, marrón, estancada en un cuerpo putrefacto que ni le permite descomponerse dignamente, condenada solamente a podrirse.

Lo más horroroso de todo eso no es lo que uno ve, lo más horroroso es lo que uno deja de escuchar. El agua cesa de hablar. Las aguas estancadas suben y con ellas sepultan el lenguaje del río. El coro constante de un trillón de gotas corriendo sobre billones de piedras día y noche, años tras año… se va mermando, mermando, mermando, hasta que lo único que se escucha es el viento, los pájaros que quedan… y los sonidos de los humanos. 

El silencio de un cuerpo de agua que está siendo matado lentamente y que detrás de esa superficie nos grita con alaridos, mientras la mayoría está sorda, siguen con sus vidas, asumiendo sus penas como personales, maldiciendo a la represa cuando hasta los pocos que se alzaron, lo hicieron esperando “un arreglo”, pero entre esas filas de afectados que se hacen frente de las oficinas de Emgesa en Garzón, yo nunca vi una nutria, ni una cucha, ni un bili bil o Martín pescador, tampoco vi que nadie los incluyera en sus listas de afectados. 

El silencio nos grita con alaridos a ver si alguien se despierta de esta pesadilla hecha realidad, pero la gente tiene la liberación de la tierra tan presente, como la memoria del Pataló o la dorada y la sardinata, el moino y el sábalo y el bocachico…. Seres que se mencionan como el gliptodonte o el estegosaurio, como familiares que existían cuando ni habían cámaras, son familiares que apenas llevan 30 años con la visita prohibida por la represa Betania. 

Río de la vida, de las tumbas, el río que somos y que tiene tantos nombres… Yuma, Guacacayo, Arli, Magdalena…. Río al que hemos fallado… hijxs y futuras generaciones a los que les hemos fallado…

Escribo para sacarme el dolor, escribo para frentar el silencio que se trague todo en este territorio, escribo en este momento para que mañana tengan de que leer sobre esto. escribo, tallo, tejo, tomo fotos y video por que como habitante del territorio es nuestrx deber poner la narrativa de estos hechos, no otra gente que viene de afuera.

Nos llegaron para robarnos la memoria, cortándonos como Refocosta taló 9 mil hectáreas de árboles, sino que no sabían algo, que en nuestras venas la sangre corre con el mismo latido que el río anhela fluir y que los cosmos rodean a nuestra isla esfera, flotando en el espacio, y en algún momento esas aguas que lentamente van subiendo, lentamente retornarán de donde vienen, los muros de las represas se fragmentarán y el río correrá de nuevo, el pataló, dorada y bocachico volverán y el agua, el agua que intentaron ahogar volverá cantar como si nunca se le hubiese escapado una nota.

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