sábado, 9 de septiembre de 2017

Turismo....



Escrito el 10 mayo 2017
Cartagena de Indias, Bolívar, Caribe Colombiano

No sé qué escribir y no sé cómo me salga… pero siento la necesidad. Llevo quince años desde la última vez que vine a Cartagena. Antes de ese viaje creo que había visitado una o dos veces. No había vuelto por muchas razones. Pero si, mis visitas acá eran las típicas de cualquier familia de interior, uno menor de edad teniendo que ir donde las tías querían ir. Algún conocido o familiar que nos alquilaba un apartamento y a turistear, las playas, Islas del Rosario, el Castillo de San Felipe, La Popa y la Ciudad amurallaba. Obviamente se quedaba en Boca Grande, y después de una semana o diez días de regreso a interior. En esa última vez que visitamos, con unas primas logramos a escaparnos al Mercado de Bazurto para ver la Cartagena de los Cartageneros, y no la fachada para un consumismo de turistas élites que llegan de todas partes del mundo para ver lo que se a arreglado para ellos.   Con sus muros de CDs de champeta, frutas, pescados, mariscos, artesanías, ropa, un poquito de todo y a una fracción de la que costaba en Boca Grande. Obviamente el Mercado fue mi actividad favorita. 

Quince años después que ha pasado…. Pues pa iniciar conciencia. Yo, como muchas personas de una ciudad hoy en día conocido como Miami pero que su nombre original es Tekesta somos producto de la migración, desplazamiento, y también del neoliberalismo y en el caso de esta región geográfica, el turismo. Voy hacer claro, toda mi existencia, el pan de cada día, todas las cuentas, la hipoteca, mi ropa, mis materiales escolares, mis visitas a Colombia, TODA mi crianza y la manera que mi madre y padre se han ganado la vida desde que llegaron a los EE.UU. en la década de los 70 es por el turismo.

 Mi madre como guía bilingüe y mi padre como comerciantes de ropa en un centro comercial. Servir, servir una élite que por medio de su capital tiene una capacidad de movimiento que la mayoría de los habitantes del planeta, nunca conocerán. Y mientras mi crianza fue de la teta del turismo, también la destrucción de mis comunidades con el surgir del neo urbanismo estos élites ya no querían quedarse y pasear solamente en las playas y resortes pero ahora, el centro de la ciudad y los barrios “étnicos” se volvieron de interés. La gente que conoce bien el tema lo llamamos gentrificación, ese proceso en que el arreglar e invertir en un barrio para que sea más bonito, atractivo y seguro implica una presencia policial constante resultando en la criminalización de Afro, inmigrantes, habitantes de calle, y en particularmente los jóvenes. Como los servicios y las rentas suben y vemos como la economía local de tiendas de esquina, proyectos productivos familiares, se van acabando y remplazados por tiendas de cadena y franquicias que están fuera del alcance económico de los habitantes originarios de esos barrios. Quienes llegan a vivir a estos barrios, las olas de élite de países desde Rusia hasta Brasil, de los Emiratos Árabes hasta China, y obvio las olas de extrema derecha racista y clasista de países como Venezuela, Colombia, Nicaragua, realmente de todos los países llamados latinoamericanos. Pero ojo ellos vienen en primera clase, a ellos no les tocó arriesgar todo en una balsa y ponerse a orar día y noche, por semanas hasta que llegan a tierra, sea donde sea.

En Miami se vive…. De niño lo viví y lo observé en lugares como Lincoln Road y Ocean Drive en South Beach y en Coconut Grove, de adulto joven fui parte de luchas en Wynwood, Overtown y Liberty City en contra este procesos que la mayoría de veces pareciera tan imposible para parar como una mina o una represa… porque realmente es lo mismo. El cambio de uso de la tierra, el desplazamiento hostil de sus habitantes originarios, y los estragos ambientales y sociales que deja. Hoy, se sigue luchando en barrios como el Pequeño Haití y la Pequeña Habana, sigue creciendo la amenaza.

Ahora en Cartagena, viendo como el turismo ha destruido esta ciudad para sus habitantes para darles todo a sus visitantes. Mirando las habitantes de Playa Blanca y los hoteles como el DeCameron que los quiere sacar.  Pienso en Miami, pienso del turismo en la Guajira que lleva tiempo intentando instalarse desde los deseos de los visitantes y no desde las necesidades de los habitantes y el territorio.

Imagínate un hotel de lujo en el Cabo de la Vela con piscina y agua potable de la llave 24 horas al día para los visitantes rodeado por niños, mujeres y hombres Wayuu muriéndose de sed. De los Wayuu siendo empleados de Gringos, Europeos y Cachacos en su propio territorio. El Cerrejón ya tienen su hotel de lujo en el sur de la Guajira, con los Guajiros sirven a los de afuera y para los ingenuos e inocentes, comen el cuento que el Cerrejón con su aliado Conservación Internacional son los que están protegiendo y salvando el territorio de la Guajira y de lxs Guajiros. Escoge el territorio, los mecanismos son lo mismo.  ¿A que vamos? Suprimir el Resguardo de la Alta y Media Guajira para un distrito turístico controlado por Aviatur?

En mi casa. Pienso en el Huila… en como ya se siente en San Agustín el rechazo a los de afuera, que en el pueblo y las afueras hay mas alemanes, italianos, japoneses, franceses, israelitas y gringos manejando posadas, restaurantes, hasta spas de sanación, yoga y comida vegetariana. La gente de San Agustín se les va creciendo el resentimiento y pocos se ponen a entender porque.

Emgesa ha usado el argumento del turismo como posibilidad de oportunidad económica para la gente de la región del P.H. el Quimbo. Pero sean sinceros, que tipo de turismo? ¿Para quién? ¿Según quién? ¿Cómo?  Yo ya les digo lo que no viene para la Jagua con el turismo…. Toda la Jagua siendo hoteles, boutiques, tiendas y restaurantes y todos lxs jagueñxs viviendo en Villa Fernanda, Rancho Espinal, Miraguas, el Llano de la Virgen y hasta en Garzón trabajando para Gringos, Neivanos, Rolos y Paisas en La Jagua. ¿Que trae el turismo para la Jagua? Una Jagua sin Jagueños. Y si creen desde sus miradas, doble moralistas y hipócritas, que el uso de substancias, prostitución, inseguridad y desempleo fueron problema con la construcción del Quimbo, pues ni saben lo que les espera con el turismo, porque la verdad, el Quimbo hubiera sido más fácil de parar, que el turismo, y lo que nos viene puede ser más lento de darse cuenta de las repercusiones, pero viene con toda y sin piedad.


Y seamos reales, que tipos de turistas van a venir un charco de un embalse, para salir en lancha, hacer jet ski y visitar una finca cafetera en la parte alta de garzón? Personas con conciencia del impacto de sus presencia en un territorio sobre el ambiente, la economía, y la cultura… pues mirando ejemplos como Cartagena, Palomino, Taganga, Cabo de la Vela, Villa de Leyva, San Agustín, San Gil y las fincas cafeteras del eje cafetero, los hechos previos muestran que será muy ingenuo pensar que sí.



Definitivamente hay diferentes personas que se mueven y no todos lo hacen por la misma razón… son pocos lxs aventurerxs jóvenes con capital disponible y pasaporte apropiada que se pueden dedicar a viajar y conocer donde les da la gana porque si, La mayoría de personas del mundo, más allá de una visita o trabajo, no se quieren mover de su territorio y si se van, casi siempre es bajo presión, obligación o coerción, sea violencia armada, falta de oportunidad económica, o los desastres que ocurren por la crisis climática y porque como cultura globalizada, hemos dado la espalada a la Madre Tierra para satisfacer deseos de envidia, avaricia, egoísmo e individualismo. Y quizás a esos jóvenes hijxs de generaciones de colonos que solo tienen alas, cero raíces pero buscan donde poder enterrarse, que se pueden llegar a un lugar e implantarse, ingenuamente proyectarse a un futuro como ellxs quisieran vivir sin tomar en cuenta que en el lugar donde llegaste, ya hay personas, una historia, una comunidad y unas maneras de ver y funcionar en el mundo. El moverse no implica ser inmigrante, migrante o turista, hay otras maneras de moverse también, sea aventurero, viajero o nómada, sino más allá del término que uno lo quiere dar, ¿uno como llega a territorios ajenos? ¿Bajo que pretexto? ¿Con que intención? Se piensa llevar fotos, souvenir, recuerdos…. Y más allá de basura, dinero o regalos materiales, ¿que se piensa dejar con intención?  

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