Para les que me conocen, no ha sido fácil llegar a este punto. Ha sido mucha reflexión, pensando incluso en las repercusiones, consecuencias, cancelaciones. La mayoría que solo me conocen por fotos y publicaciones en redes sociales, de charlas con el colectivo de diseño la colmena, no creo que tengan una manera de medir a lo que voy, quien soy, de que vengo, etc.
Creo en la construcción de la autonomía, que nuestres sueños no caben en urnas, que las herramientas que construyeron la casa del amo nunca desmantelarán la casa del amo (A. Lorde), en la organización horizontal, las decisiones en consenso, que una gran mayoría de las ONGs son parásitas de los movimientos sociales, que no existe Estado o frontera que no marginaliza, que no aplasta parte de su población humana y ni hablemos de los ecosistemas y no humanos, por muy progresista que sea. La movilidad vertical es una sentencia de muerte para este planeta, no importa cómo se disfrace, de qué color se ponga, ya que se ve como la acumulación de capital se va disfrazando dizque de “buen vivir”.
He visto personalmente, como procesos electorales que llegaron al poder estatal por medio de la organización de la sociedad civil, los movimientos sociales, uno tras uno se corrompen desde adentro, se vuelven cada vez más círculos viciosos de hombres, cis-heteros, blancos-mestizos, que de poco a poco van traicionando a las mujeres empobrecidas y racializadas que precisamente muchas veces les ayudaron llegar al poder, y tal cual como “su protección del territorio y ecosistemas” se vuelve mero lavado verde como de los mejores empresas extractivas del norte global.
Y pues en la mal llamada Latinoamérica, las disidentes sexuales y diversidad ancestral nunca ha sido incluida. Me fijo como a estas personas y procesos por no dejarse cooptar y opacar por un Estado hipócrita y traicionero se les van señalando como terroristas, en contra el bien común. Miren la lucha por el río Socuy, los Pueblos Yukpa, Pemón y Yanomami en Venezuela con Maduro. No hay que esforzarse para encontrar paralelos en el Ecuador o Bolivia.
Observo una y otra vez como personas, también de movimientos sociales, incluso empobrecidas y racializadas, muchas veces del sur global pero ya con tiempo viviendo en la USA o Europa, muchas con ONGs, rápidamente tildan de imperialistas, gusanos, escuálidos, golpistas, derechistas a cualquier persona que se atreva a hablar críticamente de estos procesos políticos electorales que como toda creación humana, están infestadas de contradicciones, errores, corrupción, y la reproducción de múltiples sistemas de opresión, pero no, la gente mala son las personas que lo hablan libremente, no las personas que lo hacen. Muchas personas que le apuestan a la construcción desde abajo, desde la autonomía, hemos vivido estas realidades una y otra vez.
Les que me conocen más allá de pantallas y eventos, saben que los caudillos, los hombres que echan monólogos largos, que los partidos políticos nunca me han inspirado lo más mínimo de simpatía. Los pueblos, las diversidades humanas y no humanas y la Tierra siempre han sido mi motivación para no abandonar este plano existencial.
En más de 20 años de militancia internacional y más de 15 años específicamente en Colombia las motivaciones nunca han sido por un trabajo, dinero, por reconocimiento, por agrandar una hoja de vida o crear mayor repertorio. Les recuerdo que el primer punto de unión del Colectivo de Diseño la Colmena es “destruir el ego del artista”. Eso sigue vigente y no solo para les artistas. Ya van más de veinte años en este camino y allí sigo, firme, con adaptaciones que la edad, salud y falta de capital obligan, pero para mí esto apenas comienza.
Tuve el gran privilegio de conocer a Francia Márquez, su familia, territorio y organización en el año 2008. Primero acompañado activistas Afro de EEUU del proceso de Retomar la Tierra (Take back the Land), fue con Francia que yo aprendí meterme en una mina de socavón a sacar tierra y oro para entender cómo existen y resisten las comunidades Afro, agro-mineros artesanales del norte del Cauca desde hace varios siglos. Cómo eran los primeros años del proceso de Polinizaciones, todo era con las uñas (y usando todo el cuerpo ;) ) y en mi segunda visita a la Toma, llegué para estar una semana y solo tenía para hacer un mercado para no llegar a la casa con las manos vacías.
Pues llegué a ver a mi amiga y a realizar un taller de la campaña gráfica de Plan Colombia en la institución educativa de la vereda que se hacía en una mañana. El resto de la semana, trabajé en la mina con un equipo de mujeres familiares de Francia. De sol a sol en un gran hueco a unos 35 metros de la orilla del río Ovejas sacando y lavando tierra y evitando que un gran retroexcavador que se movilizaba por ese hueco sin preocupación ninguna de aplastar una de las docenas de personas que se estaban ganando el sustento dignamente allí.
Mi cuerpito flaco, en ese entonces muy urbane, se esforzó lo más que pudo en una labor totalmente nueva para mi primer territorio pero que ha sido parte de la cotidianidad de este territorio y muchos otros. Trabajé a mi ritmo, es decir lento, jeje, pero no paré. Un día no sé qué pasó, tuve que trabajar en la mina descalzo y fue un día muy lento. Pero todo bien. Al terminar la semana gané lo suficiente para llegar a la próxima comunidad que me esperaba, realizar los talleres y de allí ir a Cali a vender afiches en Univalle para poder tener con qué seguir polinizando.
Esas experiencias, y muchas otras que viví en los primeros dos años de Polinizaciones han sido parte de mi escuela, lo que me llevó de dejar de ser un cuir, ambientalista urbane, cría de inmigrantes sudakas en los United, a regresar al Huila, construir y existir como une marika de monte, defensor del territorio, criatura de río y de bosque seco tropical.
Sinceramente, el Pacto en si, Petro, otros onvres por allí, nada de eso me habla a mí, no me genera empatía, de hecho una gran mayoría que están allí no generan confianza, y mucho menos varios personajes que se han ido metiendo a lo largo de la campaña que tienen rabo de paja. Se que no estoy sola en esta observación. Te vemos Luis Gilberto Murillo, y te recordamos en los territorios impactados por el P.H. el Quimbo, Hidroituango, el desvió del arroyo Bruno por Cerrejón y obvio, en el Chocó. Tenemos memoria.
Como será que nunca le ha apostado a los partidos, ONGs y bueno solo un movimiento nacional de afectados de represas que me canceló por no agachar la cabeza a caudillo misógino, deshonesto y autoritario, :P . Pero SIEMPRE caen en lo mismo, entonces, ¿que cambió?. Lo que me ha hecho de reflexionar y sentir la necesidad de expresarme públicamente en apoyo a Francia Márquez y el Pacto, más allá de votar en silencio como hice. Es por la masa crítica de mujeres pobres y/o racializadas defensoras del territorio que ahora están en el congreso y están participando en el Pacto.
Desde el Huila, La Guajira, Cauca, Antioquia y Putumayo son algunos de los territorios con mujeres y diversidades defensores de territorio que están participando en el Pacto. La defensa de la Tierra, las diversidades (humanas y no humanas) y las comunidades que conviven respetuosamente con nuestra nave espacial redonda son lo que siempre han inspirado mi lucha y por primera vez, no son muchas, pero hay y son varias.
Francia lo dice, ‘Colombia es potencia de la vida’, y las personas colombianas que no entienden que la única riqueza real que tenemos es el agua, los ecosistemas, la soberanía alimentaria, el sin número de especies y el uso respetuoso y sustentable de los bienes comunes, pues tristemente no saben dónde están paradas en el mundo.
No soy tan ingenuo o audaz para pensar que todo va mejorar. Nuestras luchas siguen sin importar si llegan al poder ya que la misma historia de la humanidad, y del continente no nos ha dado muchos ejemplos donde la cooptación de movimientos sociales, la inclusión de sectores neoliberales y la misma comodidad material tarde o temprano lleva todo proceso electoral estatal al mismo fin, estancada, corrupta y lejos de sus principios fundacionales. No se van a olvidar de los cerditos de “Rebelión en la Granja”. Si no te parece, por favor comparte una referencia histórica real donde no ha pasado, porque necesitamos esa inspiración real y no ficticia.
A todas las personas que sus papales dicen que son de Colombia, y están en capacidad y posibilidad de votar este 19 de junio. Por favor les invito apoyar a Francia Márquez para ser la Vice Presidenta y Gustavo Petro ser el presidente de Colombia. Para las que venimos de décadas de lucha, que nos conocimos en las calles y campos, y que vamos a seguir luchando, porque nunca hay que bajar la guardia, arriesgemonos de perder un poquito el purismo esencialista tan legítimamente crítico de los procesos electorales e intentemos de darle cupo a la esperanza que algo mejor puede ser posible esta vez, incluso de algo sabroso que toditas nos lo merecemos.